Cuando alguien te sermonee,
lo que está haciendo, en verdad,
¡es proyectar sobre vos
su propia inseguridad…!
Y aunque esté desacertado
¡permitile su expresión!,
¡pues se está hablando a sí mismo
a través de ese sermón…!
Escuchalo con respeto…,
escuchalo con cariño…,
como se escucha a un anciano…
o como se escucha a un niño.
Dejalo manifestarse
en voz alta…o en murmullos…,
¡que lo que piensa de vos
ya no es un asunto tuyo…!
Y al escuchar simplemente
su versión de la verdad…,
¡estarás honrando, amigo,
su túnel de realidad…!
Y tu comprensión entonces,
como una dulce marea,
¡llevará luz a la playa
de aquél que te sermonea…!
Así, desde tu maestría,
y actuando con compasión,
¡celebrarás lo ilusorio
de su propia proyección…!
(Perdonar…y comprender…
y permitir…y aceptar… :
¡¿conocés otra manera
más verdadera de amar…?!)
HERMANITO DE MI ALMA,QUE DIFICIL,MUY DIFICIL,NO RESPONDER,LO ESTOY HACIENDO PERO CUESTAAA,COMO SIEMPRE,VENGO ABREBAR DE TU FUENTE,ES MAS NO SE SI ESTO PODRE DEJARLO,UN ABRAZO
¡Vamos, dulce amiga! ¡Claro que podés!
Solo tenés que respirar hondo…inhalar luz…¡y dejarlo pasar!
(Y cuando más te cueste…, más claro entenderás que esa es "tu piedra en el zapato"…: tu gran aprendizaje…)
¡Gracias por visitarme aquí!
Un tierno abrazo…