Desde un útero vienes
y por otro te vas,
¡que así es como funcionan
las cosas donde estás!

Nuestras almas provienen
de planos ascendidos,
pero al llegar bebemos
el vino del olvido.

Y así es como de nuevo
empezamos de cero,
y el sufrimiento entonces
nos pule por entero.

Y una vida tras otra
el dolor nos impulsa
a buscar “algo más”
que una existencia insulsa.

De esa forma, de a poco
vamos rememorando
nuestra Esencia Divina,
y vamos Despertando.

Hasta que llega un día
pautado para ti,
en que ya no es preciso
volver de nuevo aquí.

Se elevó tu conciencia,
se amplió tu percepción,
tu vibración es alta
y tienes compasión.

Te has ganado el derecho
de ya no retornar,
salvo que expresamente
lo quieras realizar.

(Igual que el ciudadano
que su país dejó,
y por mérito propio,
a otro mejor llegó…,

pero al ver los problemas
de su pueblo natal,
vuelve otra vez al barro
para ayudar igual).

Tú, amigo que me escuchas,
tal vez seas uno de ellos,
un Voluntario dando
sus mejores destellos.

Y pudiendo quedarte
allí en Lo Superior,
¡volviste para darnos
tu regalo de Amor!

Con tu sola presencia
en el sitio en que estás,
irradias por el aire
tu vibración de paz,

junto con la dulzura
de tu risa ligera,
y una sutil fragancia
de eterna primavera.

Por eso me arrodillo
para besar tu manto,
y en el nombre de todos,
¡te celebro y te canto!