Un resplandor dorado te limpiará los ojos,
arrastrando tus miedos y tu dolor de ayer…
Y un fuego diamantino te quemará por dentro
reduciendo a cenizas lo que ya no ha de ser…

Y nacerás de nuevo… pero en el mismo traje…
aunque estará cambiada tu forma de mirar:
volverá tu visión a ser pura, inocente…,
y con ojos de niño verás todo pasar…

Y hallarás en el otro la extensión de vos mismo…,
cantarás con sus labios…danzarás con sus pies…
Y en la Casa del Mundo todos serán “NOSOTROS”,
Sin distinción de origen…de credo…ni de piel…

Y habrá en todos los rostros…en todas las miradas…
en todas las sonrisas…, una misma ilusión:
anclar la Nueva Tierra sobre el viejo planeta,
mientras cantamos juntos la más dulce canción…

Y al despuntar el alba de lo bello y lo bueno,
en esa hora soñada de reír y cantar…,
¡seremos como un río de manos enlazadas!!
¡millones de latidos… y un solo palpitar…!!!!