Relaja…, afloja… y suelta…,
¡despréndete de tu pena!,
que una vida desenvuelta
es una vida serena…

Afloja…, suelta… y relaja…,
que al apaciguar tu afán,
en vez de encontrar migajas,
¡encontrarás todo el pan!

Suelta…, relaja… y afloja…,
y si buscas la razón
de esta extraña paradoja…,
¡explora en tu corazón…!

Afloja…, relaja…y suelta…,
porque aquello tan tremendo
que en ti da vueltas y vueltas…
¡sólo está en tu pensamiento!

Relaja…, suelta… y afloja…,
y empezarás a entender
que únicamente hay congoja
en tu manera de ver…

¡Suelta…, afloja… y relaja…,
y disfruta de existir…!,
(¿o quieres que en tu mortaja
pongan: “no supo vivir”…?).